Guerra sucia en campaña electoral, un “juego negro” para llegar al poder

Durante un proceso electoral, los electores de nuestro país se ven obligados a vivenciar las diferentes “estrategias” que lleva a cabo cada candidato, para obtener a través de la votación el tan ansiado puesto que los convierte en autoridad. Luna Consultores, en colaboración con especialistas realizó un análisis sobre ¿Qué es una guerra sucia electoral? contextualizado en el actual escenario para la elección de nuevas autoridades.

El director ejecutivo de Luna Consultores, Raúl Martínez Luna, refiere que en una contienda electoral donde hay 5, 10 o 15 candidatos, la vieja táctica de la campaña negativa o guerra sucia, se da usualmente entre los candidatos que no son favoritos contra los que ocupan los primeros lugares en las preferencias electorales, muchas veces pasando desapercibido estos ataques ante la gran cantidad de candidatos, sin embargo, para el contexto de una segunda vuelta electoral, los ataques se vuelven más fuertes, en un ring de box con dos peleadores.

Para Martínez Luna, en el contexto de las Elecciones Regionales y Municipales 2022, la lucha por obtener el poder político, económico y social por al menos cuatro años, la guerra sucia se vuelve inevitable, nos guste o no, descalificaciones y fake news deben ser vistas como una realidad de las campañas electorales; que tienen el propósito de influir tanto en la agenda noticiosa como en la toma de decisión de los votantes.

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“El objetivo de hacer una guerra sucia, es hacer evidente y poner en la palestra, los defectos de los competidores, elevado a la “n” potencia, degradando al rival y el entorno más cercano que los acompaña”, detalla el analista político de Luna Consultores.

El especialista agrega que en el marketing político se evidencia el uso común de este tipo de campañas negras, cuando se presenta alguno de estos tres escenarios: uno de ellos son los estudios de mercado – encuestas – que realiza cada candidato donde presentan empate técnico o el rival está por encima; luego si en las encuestas, el rival presenta tendencia a seguir creciendo en su intención de voto; o el escenario donde si el candidato puede aprovechar una percepción negativa o anti voto de su rival, que se ha manifestado en el estudio de mercado.

“Analizado estos escenarios, los estrategas políticos que asesoran al candidato, pueden utilizar algunas de estas tácticas, enfocados en hacer una campaña negativa: asociar al candidato con personajes e instituciones evaluadas negativamente; relacionar al candidato rival con hechos que provocan miedo, incertidumbre y desprecio; presentar al rival como el que encarna todo lo negativo; distorsionar la verdad manipulando la información para inducir a errores; en los debates, efectuar críticas o cuestionamientos al rival si se encuentra ausente y tomar el papel de héroe frente al villano(candidato rival) o marcar diferencias (rico vs pobre, David vs Goliat), precisó.

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En la actualidad, para el sociólogo Edison Torres Aldave, la guerra sucia en campaña electoral es lamentablemente una herencia del mal ejercicio político de los años 90 y se acentúa ante la falta de liderazgo, ausencia de verdaderos partidos políticos y una de democracia precaria.

“En Piura, el escenario es una réplica de lo que sucede a nivel nacional, no hemos aprendido que el ejercicio político es y debe ser el arte de gobernar, obviamente que nuestra clase política está en decadencia y lógicamente tenemos que trabajar en la formación de nuevos liderazgos y ello nos llevaría a la nueva formación de partidos y movimientos políticos”, indicó.

Sin embargo, el doctor en Comunicación Pública, Fernando Huamán Flores, señala que las guerras sucias tienen mucho más efecto cuando existen sociedades que están desinteresadas en la política y en este momento tenemos una sociedad que está no solamente desinteresada en la política, sino que está saturada por la información política.

“ La sociedad está saturada porque ya tenemos más de cinco años de constante crisis política nacional, entonces todo lo que sea información de contienda política ahora mismo a las personas de algún modo les aburre o les mantiene estar lejos de la agenda pública. En este escenario las guerras sucias justamente pueden influir mucho más, porque cuando la sociedad no está interesada en un candidato o una propuesta política termina interesándose más por lo que el ruido público o el ruido mediático dice de determinado candidato” precisó el especialista en opinión pública.