PERÚ COMO ANFITRIÓN DEL APEC: OPORTUNIDADES PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL

Dentro del contexto del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), únicamente ciertos países han sido anfitriones en tres ocasiones, lo que representa un logro importante en el marco de esta entidad. Este año, Perú se incorpora a ese distinguido conjunto al convocar el APEC por tercera vez, después de haberlo realizado en 2008 y 2016.

Ser anfitrión en diversas ocasiones no solo refleja una reputación sólida y dedicación a las metas del APEC, sino también una habilidad comprobada para gestionar eventos internacionales de tal envergadura. Esta distinción otorga al país la posibilidad de encabezar discusiones sobre asuntos fundamentales como el comercio, la inversión y el desarrollo económico sostenible, además de establecerlo como un núcleo de negocios y turismo en la zona del Asia-Pacífico.

La realización de la tercera edición del APEC constituye un logro importante en cuanto a visibilidad a nivel global, además de una oportunidad estratégica para el progreso económico y social. Este foro congrega a 21 economías de la zona Asia-Pacífico, que constituyen cerca del 60% del PIB global y casi la mitad del comercio global. En ese marco, se consolida la posición de Perú como un participante esencial en el panorama económico mundial, proporcionando ventajas directas e indirectas que pueden estimular la economía mediante múltiples caminos.

Uno de los beneficios más destacados de realizar este evento es promover el comercio internacional. Mediante encuentros bilaterales y multilaterales con otras naciones miembros, podemos fortalecer vínculos comerciales y acordar condiciones más ventajosas para nuestras exportaciones, particularmente en áreas estratégicas como la agroindustria, la minería y la pesca. Esto es particularmente importante en un escenario donde los convenios comerciales, las tarifas aduaneras y las normativas pueden generar un cambio considerable en la competitividad de los productos de Perú en el mercado de Asia.

Además, el APEC proporciona una oportunidad valiosa para captar inversiones foráneas. Los países miembros constituyen significativas fuentes de inversión, y el acontecimiento en nuestra nación brinda un espacio para exhibir su potencial, su talento humano y sus recursos naturales. Con una estrategia apropiada, se puede atraer la atención de inversores en áreas como infraestructura, energías renovables y tecnología, lo que favorecería el desarrollo sostenible y la generación de puestos de trabajo de alta calidad.

Este acontecimiento también puede favorecer al sector turístico. El arribo de delegaciones y medios a nivel mundial fomenta la riqueza cultural y natural de Perú, reforzando su reputación como un lugar seguro y atractivo. Adicionalmente, se anticipa un incremento en la infraestructura turística, lo que crearía puestos de trabajo y estimularía las economías locales.

Finalmente, el foro constituye una ocasión para perfeccionar la regulación y la institucionalidad. El APEC promueve la compartición de mejores prácticas en asuntos de gobernabilidad y facilitación del comercio, lo que podría motivar a Perú a poner en marcha reformas que mejoren su marco normativo y disminuyan la burocracia. Optimizar estos elementos reforzaría la confianza en nuestra nación como lugar para realizar negocios y, además, favorecería una economía más competitiva y clara.

La coordinación del APEC no solo robustece nuestra presencia a nivel global, sino que brinda oportunidades inestimables para el crecimiento económico y social de la nación, en beneficio de su pueblo y su porvenir.