DESENVOLVIMIENTO ECONÓMICO DE LA CONCHA DE ABANICO EN LA REGIÓN PIURA

La concha de abanico (Argopecten purpuratus) es rica en vitamina B12, que ayuda en la formación de glóbulos rojos, esenciales para el transporte de oxígeno en el cuerpo. Además, contiene proteínas, aminoácidos, selenio y fósforo, necesarios para la salud muscular, la reparación de tejidos y el mantenimiento de huesos y dientes. Su pesca se destina únicamente al consumo humano, principalmente a través del cultivo a nivel comercial, tanto en gran como pequeña escala. La mayor parte de la extracción va a la industria de congelados, con una menor proporción destinada al consumo fresco en el mercado nacional.

En 2019, se registró 53496 TM, seguido de una leve caída en 2020 (47,581), debido a la pandemia. Sin embargo, en 2021 hubo una recuperación, alcanzando 54,944. A partir de ahí, se observa una caída significativa en 2022 (26,505) y una disminución aún mayor en 2023 (15,364). No obstante, al comparar los primeros ocho meses de 2023 y 2024, se nota una mejora considerable, pasando de 8,598 en 2023 a 18,324 en 2024, lo que indica una recuperación en este último año.

Entre enero y agosto del presente año, Piura ha registrado 9,334 TM (toneladas métricas), representando más de la mitad del total nacional (18,324 TM). Dentro de Piura, el puerto de Parachique lidera con 3,396 TM, Bayóvar con 2,557 TM (teniendo que resaltar que estos 2 puestos están ubicados en la provincia de Sechura), Paita con 136 TM y Puerto Rico con solo 1 TM. En comparación, Áncash ha producido 6,300 TM e Ica 2,688 TM. Piura es la región más productiva del país, aportando aproximadamente el 51% del total nacional en este período, destacándose como un actor clave en la industria pesquera.

Impacto del cambio climático en la maricultura de Sechura

La producción de la concha de abanico en Sechura ha sido gravemente afectada por los fenómenos de El Niño y la contaminación, lo que ha causado la muerte del 85% de los moluscos. Esto ha provocado una reducción significativa en la producción, ya que solo el 40% de las asociaciones de maricultores ha podido sembrar, lo que ha limitado la actividad a menos de la mitad de su capacidad. Como resultado, el año pasado se dejaron de percibir 150 millones de dólares en exportaciones y muchas familias que dependen de esta actividad, incluidas más de 1,500 mujeres, se han visto sin ingresos.

La crisis de la concha de abanico en Sechura no solo afecta la economía local, sino también la nacional, ya que Sechura produce más del 80% de este recurso en el Perú, y actualmente solo se está exportando alrededor del 40% de lo habitual (Datos 2023). Esto ha llevado a una mayor informalidad y ha incrementado el riesgo de delincuencia debido a la falta de empleo.

A pesar de que el gobierno ha anunciado ayudas financieras a través del FONDEMI, los fondos aún no han sido reglamentados, y la demora en la ejecución de obras clave, como el reforzamiento del dique de Virrilá, incrementa la vulnerabilidad ante futuros fenómenos naturales, poniendo en riesgo aún más la maricultura en la región.

Recuperación en la maricultura de Sechura

La recuperación de la concha de abanico en Sechura está siendo impulsada por un conjunto de esfuerzos que abordan tanto la parte productiva como la formalización del sector. Después de la pandemia y la crisis provocada por el ciclón Yaku en 2023, que causó una mortandad masiva de conchas y una disminución significativa en las exportaciones, los maricultores que optaron por continuar en la actividad comenzaron un proceso de repoblamiento de la bahía. Este repoblamiento consiste en sembrar semillas de conchas de abanico que se obtienen de laboratorios o se recolectan en el mar a través de buzos artesanales, a pesar del alto costo de estas semillas y los peligros asociados con el buceo informal.

El gobierno ha intervenido mediante la transferencia de fondos para apoyar la reactivación de esta actividad, aunque el acceso a estos recursos ha sido limitado para muchas familias. Para hacer frente a este desafío, los maricultores han presentado un proyecto al Gobierno Regional de Piura para la instalación de un centro de producción de semillas, lo que permitiría abastecer de manera más equitativa a las micro y pequeñas empresas maricultoras de la bahía.

Simultáneamente, se ha iniciado un proceso de formalización de los buzos artesanales, quienes enfrentan altos riesgos laborales debido a la falta de equipamiento adecuado y protección social. El Fondo Social del Proyecto Integral Bayóvar (Fospibay) ha comenzado a formalizar a los buzos, lo que incluye capacitaciones sobre seguridad bajo el agua y la obtención de licencias que les permiten trabajar en condiciones más seguras. Aunque se han dado pasos importantes, persisten problemas como la falta de acceso a cámaras hiperbáricas para tratar emergencias relacionadas con la descompresión, lo que pone en riesgo la vida de los buzos.

A pesar de estos retos, los maricultores de Sechura continúan esforzándose para reactivar la producción de conchas de abanico, esperando que, con el avance en el repoblamiento y la formalización, la actividad vuelva a ser tan rentable como lo fue en años anteriores.