OBJETIVOS DE APEC: ¿CÓMO FACILITAR LA TRANSICIÓN HACIA LA FORMALIZACIÓN?

La informalidad presenta diversos desafíos y está presente en todas las economías miembros de APEC. Según el APEC Policy Support Unit, el sector informal representa una parte considerable del PBI del bloque, con valores que van desde el 8.5% en EE.UU. hasta el 59.4% en Perú. Calcular el porcentaje de empleos en el sector informal resulta complejo por las diferencias entre países, pero la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que también es alto.

Entre las economías con datos disponibles, Indonesia (81.2%), Perú (71.6%) y Vietnam (67.7%) tienen los niveles más elevados de empleo informal, según la OIT. Perú e Indonesia destacan por la proporción de trabajadores informales en empresas formales.

Según la OIT, los trabajadores en empresas formales se consideran informales si carecen de beneficios laborales, no cotizan a la seguridad social o están fuera del marco regulatorio laboral. Esto se debe, en gran medida, a los costos asociados con la contratación formal, lo que lleva a que muchos trabajadores prefieran no ser declarados para evitar contribuciones obligatorias.

Diversos estudios recomiendan políticas diferenciadas entre empresas informales y aquellas formales que no declaran a todos sus empleados. Un aumento en la fiscalización puede generar un efecto de desplazamiento, afectando a las empresas más pequeñas y aumentando la informalidad tributaria. En México, se ha observado que mayores inspecciones pueden reducir el empleo formal.

En economías como Indonesia, Perú, Tailandia, Brunéi, Chile y Corea del Sur, aproximadamente un tercio del empleo informal ocurre en empresas formales, lo que subraya la necesidad de diseñar políticas específicas considerando comparaciones con economías desarrolladas.

El Banco Mundial publicó el primer Business Ready (B-Ready), evaluando a 50 economías en aspectos regulatorios y operativos. En el mercado laboral, APEC obtuvo un puntaje promedio de 70.1, superando el promedio global (65) pero por debajo de las economías de altos ingresos (72.1). En regulación laboral, la brecha con las economías avanzadas es de 7.6 puntos.

El primer pilar de evaluación se enfoca en condiciones de empleo y costos de empleo, donde las mayores diferencias entre APEC y las economías desarrolladas están en la regulación sobre despidos, como notificación previa e indemnización. Los resultados sugieren una carga regulatoria que podría limitar la competitividad de APEC en relación con economías avanzadas.

Otra área con retraso es la de costos y restricciones en beneficios laborales, como pensiones y seguros, así como los niveles de salario mínimo. La evidencia internacional sugiere que los costos laborales no salariales son más altos en APEC que en economías avanzadas, lo que hace necesario revisar estos elementos para mejorar la competitividad en cada mercado laboral.

Promover la transición hacia la formalidad en la economía requiere de un enfoque integral que considere las causas y los incentivos detrás de la informalidad, además de implementar políticas efectivas para reducir las barreras a la formalización. Aquí hay algunos puntos clave:

  • Simplificación de requisitos y costos de formalización: Reducir la carga administrativa y los costos asociados con la formalización puede motivar a empresas y trabajadores a regularizarse. Esto incluye simplificar trámites, reducir costos de registro y flexibilizar los requisitos iniciales para nuevos negocios.
  • Incentivos fiscales y laborales: Ofrecer incentivos fiscales temporales, como exenciones o reducciones de impuestos para empresas y trabajadores que formalicen sus actividades, puede ser un aliciente. Además, establecer beneficios específicos, como acceso a créditos, programas de capacitación y seguros sociales, puede atraer al sector informal.
  • Flexibilidad en la contratación: Reformar la legislación laboral para ofrecer mayor flexibilidad, especialmente en sectores con alta estacionalidad o empleo informal, permite que las empresas puedan contratar sin enfrentar barreras regulatorias excesivas.
  • Esto podría incluir modalidades de contratación más adaptadas y simplificación en la regulación de despidos, para ajustarse mejor a la realidad del mercado laboral.
  • Fortalecimiento de la protección social: Ampliar la cobertura de seguridad social, haciendo que sea accesible a trabajadores independientes e informales, puede aumentar la disposición a formalizarse. Implementar sistemas de seguridad social escalonados o subsidios iniciales para el acceso a salud y pensiones puede ser clave.
  • Inspección laboral estratégica y educativa: Incrementar la fiscalización puede ser útil, pero debe realizarse de forma equilibrada y orientada a educar y acompañar a las empresas en el proceso de formalización. Esto evita que las inspecciones se conviertan en una barrera que incentive aún más la informalidad.
  • Educación financiera y empresarial: Impulsar programas de educación financiera y empresarial para trabajadores y microempresas fomenta el conocimiento sobre los beneficios de la formalización y mejora la capacidad de gestión de los negocios informales.
  • Acceso a servicios financieros: Facilitar el acceso a créditos, financiamiento y otros servicios financieros para negocios formales puede ser un incentivo fuerte para que empresas informales decidan formalizarse. Esto incluye también brindar acceso a plataformas de comercio digital, pago electrónico y apoyo en la gestión financiera.

Promover una transición efectiva hacia la formalidad requiere un equilibrio entre incentivos, flexibilización y educación, con un enfoque gradual que tome en cuenta las realidades locales y sectoriales de cada economía.