ECONOMÍA CIRCULAR EN PERÚ
En el marco del VII Foro Internacional de Economía Circular (FIEC), realizado en Lima, se destacó la economía circular como un eje clave para el desarrollo sostenible y competitivo en el Perú. Este modelo económico, que promueve la reducción, reutilización y reciclaje de materiales, se ha convertido en una respuesta fundamental ante la creciente presión sobre los ecosistemas y la economía global. Las autoridades nacionales, incluidos los ministros del Ambiente y de la Producción, resaltaron los avances del país en la adopción de este modelo, destacando la importancia de implementar políticas y herramientas de gestión alineadas a la Hoja de Ruta al 2030 y la iniciativa Perú País Circular.
Actores del sector público, privado, academia y sociedad civil, quienes coinciden en que la transición a una economía circular permitirá enfrentar desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la creciente escasez de recursos. Esta transformación no solo optimiza el uso de recursos naturales, sino que también promueve prácticas más sostenibles en sectores críticos, como la pesca, la acuicultura y la gestión del agua. Estas prácticas no solo contribuyen a la sostenibilidad ambiental, sino que también generan un valor agregado significativo a la economía local y nacional.
Uno de los aspectos más destacados de la economía circular en Perú es la gestión de residuos sólidos. Iniciativas como «Recicla Perú» han fomentado sistemas de reciclaje a gran escala, en colaboración con municipalidades y empresas, logrando recuperar miles de toneladas de residuos plásticos y papel al año. Este enfoque no solo reduce el volumen de desechos que terminan en vertederos, sino que también crea empleo en comunidades vulnerables a través de la recolección y el reciclaje.
Además, el desarrollo de tecnologías limpias y la innovación en productos sustentables están en auge. Empresas peruanas están comenzando a producir bioplásticos a partir de residuos orgánicos, ofreciendo alternativas sostenibles a los plásticos convencionales. Estas iniciativas no solo promueven un uso más eficiente de los recursos, sino que también abren nuevas oportunidades de mercado en la exportación de productos ecológicos a nivel internacional.
El sector agrícola también está experimentando una transformación hacia prácticas más sostenibles. La agricultura regenerativa, que se basa en el uso de métodos que mejoran la salud del suelo y promueven la biodiversidad, está ganando popularidad. Proyectos como «Agricultura Sin Plástico» buscan eliminar el uso de plásticos en la agricultura, promoviendo en su lugar el uso de materiales biodegradables y fomentando la conservación de recursos hídricos. Esta práctica no solo mejora la sostenibilidad del sector, sino que también puede incrementar la productividad y la rentabilidad de los agricultores.
Sin embargo, la transición hacia una economía circular enfrenta desafíos significativos. La infraestructura insuficiente para la recolección y el reciclaje de residuos sigue siendo un obstáculo crítico. Muchas ciudades carecen de sistemas de gestión de residuos adecuados, lo que limita la eficacia de las iniciativas de reciclaje. Por lo tanto, se necesita una inversión significativa en infraestructura para facilitar la recolección y el tratamiento de materiales reciclables.
La falta de educación y sensibilización sobre los beneficios de la economía circular también representa un desafío. Es fundamental implementar programas de capacitación en comunidades locales y entre las empresas para fomentar una cultura de sostenibilidad y responsabilidad ambiental. La educación ambiental debe integrarse en los programas escolares para garantizar que las futuras generaciones comprendan la importancia de cuidar el planeta y adoptar prácticas sostenibles.
La creación de un marco regulatorio robusto es esencial para respaldar las iniciativas de economía circular. Es necesario establecer incentivos fiscales para las empresas que adopten prácticas sostenibles y normativas que promuevan la responsabilidad extendida del productor. Esto alentará a las empresas a asumir la responsabilidad de sus productos al final de su ciclo de vida y a invertir en procesos de producción más limpios y eficientes.
La Unión Europea, a través de su embajador en Perú, reafirmó su apoyo en esta transición, enfatizando que la cooperación internacional es esencial para lograr un desarrollo económico inclusivo. La colaboración con organizaciones internacionales, ONGs y el sector privado es vital para intercambiar conocimientos y tecnologías que faciliten la implementación de prácticas sostenibles en el país. Programas de financiamiento y cooperación técnica pueden ser clave para impulsar proyectos que promuevan la economía circular en diversas regiones del Perú.
En términos de oportunidades, el potencial de la economía circular en Perú es inmenso. Según un estudio de la consultora McKinsey, la adopción de modelos circulares podría generar un aumento del 5% en el PIB del país para 2030, además de crear cientos de miles de empleos en sectores sostenibles. La implementación de prácticas de economía circular no solo representa una oportunidad para el desarrollo económico, sino que también es esencial para la conservación del medio ambiente y la mejora de la calidad de vida de la población.
En conclusión, el VII Foro Internacional de Economía Circular no solo puso de relieve los logros del Perú en esta materia, sino que también planteó un llamado a la acción. La economía circular no es solo una necesidad ambiental, sino una oportunidad para repensar el desarrollo económico, integrando criterios de sostenibilidad en todas las áreas de la economía. Con un enfoque colaborativo y un compromiso firme, Perú puede posicionarse como líder en la transición hacia un modelo de economía circular que beneficie tanto a la economía como al medio ambiente. La implementación efectiva de este modelo puede ser la clave para construir un futuro más resiliente, donde el desarrollo económico y la protección del planeta vayan de la mano, asegurando un legado positivo para las generaciones venideras.