GRANDES NÚMEROS, PERO GRANDES DESAFÍOS POR RESOLVER

Cerramos el año con una cifra que, en teoría, debería hacernos celebrar: El Riesgo País del Perú ha caído significativamente.

Para los inversionistas externos, somos un país seguro y estable. La evolución es favorable, en enero 2025 el Riesgo País para el Perú empezó en 157 puntos básicos y en diciembre se redujo a 128 puntos básicos, una reducción de 29 puntos.

En el papel, esto debería traducirse en créditos más baratos para los negocios, más inversión extranjera y una moneda sólida. Es un logro de nuestra macroeconomía que nos pone en la cabeza de la región.

Sin embargo, hay una cifra que está frenando el despegue, este es el costo de la inseguridad. De nada sirve que el Riesgo País baje para el mundo, si el “Riesgo de Emprender” sube para el peruano debido a las extorsiones.

Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) detalla que la inseguridad ciudadana le cuesta al Perú 19 mil 800 millones de soles, lo que equivale a alrededor de 1.7% de PBI de este año. Este monto está por encima del presupuesto de sectores como Educación, Interior o Desarrollo e Inclusión.

En ese sentido, el bajo riesgo país atrae capitales, pero la inseguridad los expulsa, las tasas de interés pueden bajar, pero el “cupo” se convierte en un impuesto injusto que asfixia al bodeguero, al transportista y al empresario.

La estabilidad económica es solo la mitad de la batalla. Para que estos beneficios lleguen realmente al bolsillo de todos, necesitamos que la seguridad ciudadana camine de la mano con los indicadores financieros. Sin paz para trabajar, el crecimiento siempre estará incompleto.

Nota: La posible intervención de TRUMP en Venezuela, está haciendo disminuir de manera constante el riesgo para ese país, aunque sigue siendo muy alto.