¿CÓMO HACER MARKETING POLÍTICO?

Se deriva de la comunicación política y la publicidad, y tiene el propósito de administrar líderes e intereses políticos antes que la opinión pública. Entonces, surge otra interrogante: Si una persona desea involucrarse en la política, ¿De qué manera puede administrar su liderazgo y los intereses que fomenta, frente a la opinión pública? En otras palabras, ¿Cómo se desarrolla el marketing político?

A diferencia de lo que se considera, el marketing político no es similar a la magia. No consiste en agitar un par de hashtags en Twitter ni en mover algunos grupos de WhatsApp. La investigación es el inicio del marketing político. ¿Examinar qué? Lo que considera y lo que atrae a las personas, y así se determina si los intereses del político concuerdan con los de un segmento de la población.

Esta investigación conlleva la revisión de encuestas de opinión pública; la creación de sus propias encuestas, su realización y su procesamiento; conversar con individuos sin discutir con ellos; formar grupos de discusión; y sentarse en un parque o avenida para observar lo que sucede; ya que la buena política no se realiza en un escritorio ni delante de un ordenador o móvil, sino en las calles.

El estudio también debe contemplar un estudio del candidato, sus potenciales rivales, la percepción del partido político al que aspira a postularse, y la probabilidad de ser elegido por firmas.

Todo esto produce recursos informativos que facilitan a la persona que desea iniciarse en el ámbito político, reconocer los intereses de la comunidad y las ideas subyacentes. Además, le facilitan determinar cómo establecer su liderazgo, identificar los intereses que debe fomentar, el sentimiento social al que debe dirigirse y el tono que debe emplear.

En este punto, el candidato ya debería tener un equipo de campaña, personas que le inspire, que compartan su visión y que contribuyan en términos de conocimiento y capital humano, y, por supuesto, debería considerar al menos algunas opciones de financiación.

Así pues, con datos de alta calidad, un equipo apropiado y posibilidades de financiación al alcance, lo siguiente es determinar el propósito de la campaña, la estrategia y el mensaje. Es crucial aclarar que la estrategia es un mandato que la campaña y el candidato se otorgan a sí mismos, y es necesario aclararlo, ya que en el ejercicio cotidiano de una campaña electoral, suele haber confusiones entre la estrategia y táctica.

Por lo tanto, es crucial tener en cuenta que la estrategia es una propuesta global de la campaña, mientras que la táctica o tácticas son el método de implementación o desarrollo de dicha estrategia. En resumen, si una campaña política se asemeja al fútbol americano, la estrategia podría ser de tipo ofensivo, dominando el balón, adquiriendo terreno y tiempo; en cambio, las tácticas son las acciones concretas que se realizan.

Una vez establecidos el objetivo, la estrategia y el mensaje, se procede a elaborar un plan de campaña que debe incluir actividades, fechas y responsabilidades; comprendiendo que este plan debe ser adaptable, ya que el carácter intrínseco de la política puede obligar a modificar la escena y el libreto, pero sin desviarse del personaje.